Lo que parecía una tarde cualquiera, rutinaria, se convierte en especial cuando aparece ella. Los dos solos sin nadie más, las horas parecen minutos pero no importa, disfrutas hasta del mínimo detalle. Aunque el valor te haya abandonado a la hora de sincerarte, sabes que ha valido la pena.
No te preocupes, no entres en desesperanza, ese momento que se torna esquivo llegará, y cuando eso pase lo sabrás. Permítete sentirte como lo que eres, una persona tímida que no ha podido expresar sus sentimientos...
Es el momento de reflexionar. ¿Merece la pena lanzarse, romper la amistad o arriesgarse a una negativa? Sabes exactamente cuál es el lugar donde encontraras tus respuestas. Apresúrate, actúa, se agota el tiempo.
