Una vez alguien me dijo
que los amigos se cuentan con los dedos de una mano. Al principio eso
me extrañó, pensaba << si los de clase son mis amigos, los de
la parroquia son mis amigos, los del colegio mayor son mis amigos…
¿Por qué me faltan manos para contarlos?>> Con el tiempo
comprendí que ésos no son tus verdaderos amigos, son personas con
las que convives, solo eso.
Un amigo no es una
persona a la que ves unas horas al día en el trabajo, en clase, en
el autobús... Hablas un rato sobre cosas triviales y nada más.
Aunque la sociedad actual nos haya arrastrado a llamar a cualquier
conocido: “Amigo”. La amistad no es hablar del tiempo, de fútbol
o de política. Es confidencialidad, entendimiento, comprensión,
fidelidad, aceptación... Y es que un amigo debe entender cómo te
sientes, cómo reaccionas, y por encima de todo, cómo eres.
Ahora entiendo el
verdadero significado de aquella frase. Los amigos son lo más
importante, tú dependes de ellos, ellos dependen de ti. Cada noche,
cada día, cada hora y cada minuto debes pensar que lo más bueno que
te ha pasado en el mundo no es que hayas aprobado el examen, ni que
te hayas comprado algo que deseabas con toda tu alma o que hayas terminado de pagar lo que sea,
sino haberlos conocido. Debes sentirte afortunado por los amigos que
tienes, que te quieran y te respeten, eso es lo mejor que hay en este
mundo.
En definitiva, un amigo es aquel que
conoce todos tus defectos y a pesar de ello te quiere.
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