Querido Trabajo Duro

Querido Trabajo Duro: 

No eres querido, eres odiado y das miedo. La primera vez que fuiste mencionado corrí lejos de ti. Cuando sabía que vendrías, me ocultaba.  Te esquivaba, evitaba tu influencia, no quería saber nada de ti.

Me miraba al espejo y ahí estabas tú, tenía la sensación de que siempre estabas detrás de mí. Doblaba una esquina y estabas de delante. Nunca te ocultabas, siempre ibas de cara. Llenando mi rostro de sudor, de lágrimas mis ojos, haciéndome decir: ¡seguiré adelante! Susurrándome al oído: ¿De verdad no puedes con esto? ¿Es cierto que vas a tirar la toalla?

Ahora mírame, pienso que la gloría está en la arena. Gracias a ti, nunca me rindo, lucho hasta el final, con el rostro manchado de polvo y sudor. ¿Renunciar? ¡Nunca! Siempre hay que llegar hasta el final, se haya triunfado o fracasado.

Con el tiempo he aprendido que vas de frente, cumples lo que prometes y aunque no lo parezca garantizas llegar a la meta.


Share: