Querida Lesión

Querida lesión:

No sabes cuanto te temí. Cuando me nombraste, solo pensé en correr lejos. Cuando viniste a buscarme solo quise ocultarme para huir de ti. Pero no sirvió de nada. Cuando mejor estaba físicamente; cuando mejor me estaban saliendo las cosas, me atrapaste dejándome en el dique seco por una larga temporada. Haciéndome pasar envidia de ver a mis compañeros entrenar, no pudiendo estar con ellos durante los partidos, quería salir a jugar pero no me dejaste.

Y sumido en la soledad del reposo me preguntaba: ¿Quién eres tu para hacerme sentir miedo?, ¿Quién eres tu para impedirme practicar el deporte que me gusta? En realidad no eres nadie, solo un simple mosquito molesto, una piedra inoportuna en el camino.

Aunque en un principio te creíste poderosa, tarde o temprano sabías que no ibas a conseguir tu propósito, frenarme. Lo intentaste con mucho empeño de verdad, pero no lograste tu propósito. Con ayuda de tus peores enemigos: la rehabilitación, mi fuerza de voluntad y el esfuerzo, conseguí vencerte. Es cierto que tu de vez en cuando, ganabas alguna que otra batalla mandándome al los mejores aliados que tenias: el desanimo, la desesperación, la desesperanza... ¡Pero la guerra la gané yo!

Y Ahora mírame. Me has hecho sin pretenderlo más fuerte. Tus artimañas no te sirvieron para nada. Gracias a mi empeño y al trabajo duro, salí de tus temibles garras. Quisiste derrotarme, pero solo conseguiste hacerme mas fuerte. 

LCR


Share: