La Pieza de Musica

Son las ocho de la mañana y los  rayos del astro rey se cuelan por la ventana de la cocina. Un dulce aroma a café y tostadas, inunda la estancia. Con la mirada perdida en el horizonte, Felipe planifica el día, dispone de poco tiempo para entregar la pieza, y sin más tiempo que perder se sienta  frente a su piano dejando que sus dedos tomen el control. El principio es suave y lento; a medida que avanza la jornada el tempo se acelera. El allegro que marcó el inicio del mediodía, suena con fuerza a lo largo de toda la tarde, tornándose en andante conforme el sol deja paso a su hermana menor. Hace ya un rato que los rayos del astro plateado bañan el hermoso piano, y Felipe con una sonrisa en los labios dando por finalizada la sesión, dirige la mirada a la luna, dándose cuenta de que ha compuesto


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