No Te Quedes En El Exterior

Es muy típico hoy en día caer en el fallo de fijarnos en la parte externa de todas la cosas. En la frutería se escoge la fruta según esta por fuera y a una persona se le juzga por su apariencia: como va vestida, si lleva o no modificaciones estéticas... Pero es un error. ¿Quién no lo ha cometido alguna vez?

Pongamos un ejemplo. Shrek es un ogro que no tiene nada en contra del mundo, pero como es lo que es, la gente sale corriendo pidiendo auxilio, sin parar a conocerle. Shrek es juzgado solo por su apariencia y nadie se atreve a hablar con él. Por eso se acostumbra a ser rehuido, encontrándose cómodo asustando a los demás. Sin embargo solo esta siendo estereotipado como un ogro, tal como aparecen en los cuentos de hadas. Pero Shrek puede alguien mejor si te molestas en conocerle, como hizo Asno. Porque en el fondo es bueno y tiene gran corazón.

¿Porqué nos cuesta tanto ver más allá de la piel? Y es que en esta sociedad tan estereotipada, con la necesidad de etiquetarlo todo, es muy difícil pasar de la parte externa y mirar al interior. Son muchas las influencias que nos hacen ver el exterior de la gente y de uno mismo. Pero hay que luchar contra eso, hay que ponerse frente a un espejo y mirarse. Al natural, sin complejos. Da igual lo que digan tus amigos; da igual lo que te digan en clase; da igual... Valórate, mira dentro de ti. Como dijo Antoine de Saint-Exupéry en el principito: "Lo esencial es invisible a los ojos"



Share:

El Poder De Los Libros

Desde la infancia estamos rodeado de letras: en nuestra casa, por la calle, en la guardería... Están por todas partes. Intentamos juntarlas para leerlas, pero no somos capaces, necesitamos la ayuda de al algún adulto ayuda para poder entender lo que dicen. Conforme la vida avanza, la escuela es el siguiente paso, y las maestras con paciencia con van enseñando a como juntar esas letras y entender su significado, hasta que poco a poco la lectura va estando al alcance. 

Es entonces cuando la comodidad se torna esquiva y el mundo de letras nos va agobiando. Leer un pequeño cartel se hace difícil, al igual que un pequeño cuento. Y la cosa suele ir peor. Ahora hay que coger soltura. En esta fase, la lectura se convierte en obligatoria. Los libros impuestos por los padres, profesores, el instituto... Que van seguidos de todo tipo de resúmenes, fichas y exámenes. En este punto los libros se vuelven aburridos y un incordio, provocando que el tiempo para jugar disminuya. 

Hasta que un buen día uno descubre que existe un castillo llamado Hogwarts, y que se esta muy bien ahí viviendo aventuras rodeados de magos; o que se puede viajar por un lugar llamado la tierra media, acompañado hobbits, elfos, hombres, enanos y criaturas extrañas; o que adentrándote en un armario viejo y polvoriento, formas parte de Narnía. Después del magnífico hallazgo, ese adolescente al que no le gustaba leer, empieza a comprender que todo ese amasijo de letras en unas hojas encuadernadas, contienen mundos y aventuras, dándose cuenta de que los libros son mágicos.


Share:

La Niña De La Ventana II


Parte II

La Cripta

Poco a poco los ojos de Malcom se iban acostumbrando a la oscuridad, y conforme iba avanzando se iba haciendo una ligera idea de donde podía estar. Mientras andaba por aquél angosto pasillo, se daba cuenta de que no le gustaba estar en ese lugar. Aunque sabía que había llegado su hora, no acababa de aceptarlo. Cuando llegó a lo que parecía un antigua sala, el miedo lo volvió a paralizar al darse cuenta que la niña ya no estaba con él.

Aquella sala débilmente iluminada era un lugar oscuro. Cosas extrañas ocurrían en su interior pero eso Malcom lo ignoraba. Una pequeña corriente de aire frio, se colaba a través de una puerta vieja situada en el extremo opuesto de la sala, parecía que era la única salida. Aterrado nuestro amigo, dispuesto a abandonar ese sombrío lugar, se dirigió corriendo hacía la puerta. Si el miedo le hubiese dejado pensar con claridad, se habría dado cuenta de que esa habitación era su sentencia, una trampa de la que ya no había retorno. Justo cuando estaba llegando a la puerta escuchó un ruido sordo, y una trampilla se abrió bajo sus pies.

Malcom ignoraba cuanto tiempo había estado cayendo, pensaba que se encontraba a muchos metros de la sala, pero en realidad solo estaba a 4 metros del nivel anterior.  Se incorporó lentamente y anduvo hasta topar con algo. Cual fue su sorpresa al descubrir que se trataba de una pared de ladrillos. La cabeza le daba vueltas, ya no sabía ni siquiera donde estaba. Una vez que consiguió poner en orden sus ideas y darse cuenta de que ya no podía volver atrás, echo andar por el único camino que veía accesible.

Llevaba andado un largo trecho cuando sus ojos distinguieron una tenue luz. Con más prudencia que antes aceleró el paso, hasta llegar a una nueva estancia. Desde el umbral de la puerta escudriñó la habitación. Las paredes estaban llenas de estanterías con libros antiguos, en el centro había una mesa que tenia poco polvo encima, con lo que Malcom dedujo que alguien había estado allí no hace mucho. Siguió recorriendo la sala con la mirada hasta que descubrió aterrado que es lo que iluminaba aquel lugar. Encima de la puerta, en una ventana, estaba la niña con un candelabro. 

En realidad Malcom no sabía porqué esa niña que parecía tan dulce le daba tanto miedo. Desde que la vio por primera vez, en la ventana de aquella casa, supo que había llegado su hora. ¿Pero la hora de qué?. No paraba de repetirse constantemente la misma pregunta, a la que no encontraba la respuesta. Aunque había entrado voluntariamente en la cripta, solo quería salir de ese espantoso lugar. Se dirigió hacia la puerta y descubrió para su sorpresa que no tenia cerradura, ni picaporte alguno. Abatido y desilusionado se sentó en el suelo, y ahí se quedo.

Para leer la primera parte, ve aquí.
Para leer la tercera parte, ve aquí.
Para leer la cuarta parte, ve aquí.
Share:

Descubriendo Tesoros

Cuando se es pequeño se descubren cosas de todo tipo, todo es asombroso y está lleno de magia. Pero poco a poco te vas acostumbrando a lo que te rodea, lo que antes te sorprendía deja de sorprenderte, y empiezas a darte cuenta que ya nada es nuevo para ti y piensas que ya lo has explorado todo. Sin embargo siempre queda algo por descubrir, por explorar. Puede que sea un tesoro, algo nuevo que desconocías o una persona que siempre ha estado ahí o no, con la que habías hablado solo de cosas triviales o solo habías intercambiado miradas fugaces, pero que nunca te habías atrevido a conocer. Quizás porque la timidez te supone un obstáculo; o no encuentras las palabras apropiadas y piensas que vas a meter la pata; o tu mismo te vas poniendo excusas para no hablar con ella.

Sin embargo, nada dura eternamente y un día decides romper esas cadenas que te impedían conocer a esa persona. Superas la timidez, encuentras esas palabras, desechas las excusas... Y es entonces es cuando averiguas que tus temores son infundados, que tienes que dejar que todo fluya y descubres que siempre ha estado ahí esperando a que tu te acercaras y le hablaras. Es en ese momento cuando descubres cualidades de ella que son muy parecidas a la tuyas: sabe escuchar, es confidente, sabe dar buenos consejos... Da igual el problema que sea, pero siempre esta ahí.

Después de todo eso, es cuando puedes ver a la buena persona que siempre ha estado ahí, oculta esperando a hablar contigo y no te atrevías. Por eso, yo creo que nunca se dejan de descubrir cosas, da igual que seas niño, adolescente, joven o adulto, siempre estás a tiempo de conocer tesoros.


Share:

Lamento Por Boromir


"A través de Rohan por los pantanos y los prados donde crecen las hierbas largas
el Viento del Oeste se pasea y recorre los muros.
«¿Qué noticias del Oeste, oh viento errante, me traes esta noche?
¿Has visto a Boromir el Alto a la luz de la luna o las estrellas?»
«Lo vi cabalgar sobre siete ríos, sobre aguas anchas y grises;
lo vi caminar por tierras desiertas, y al fin desapareció
en las sombras del Norte, y no lo vi más desde entonces.
El Viento del Norte pudo haber oído el corno del hijo de Denethor».
«Oh Boromir.  Desde los altos muros miro lejos en el Oeste,
pero no vienes de los desiertos donde no hay hombres».
De las bocas del Mar viene el Viento del Sur, de las piedras y de las dunas;
trae el quejido de las gaviotas, y a las puertas se lamenta.
«¿Qué noticias del Sur, oh viento que suspiras, me traes en la noche?
¿Dónde está ahora Boromir el Hermoso?  Tarda en llegar, y estoy triste».
«No me preguntes dónde habita... Hay allí tantos huesos...,
en las costas blancas y en las costas oscuras bajo el cielo tormentoso;
muchos han descendido las aguas del Anduin para encontrar las mareas del Mar.
¡Pídele al Viento Norte las noticias que él mismo me trae!»
«¡Oh Boromir!  Más allá de la puerta la ruta al mar corre hacia el Sur,
pero tú no vienes con las gaviotas que desde la boca del mar gris se lamentan».
De la Puerta de los Reyes viene el Viento del Norte, y pasa por las cascadas tumultuosas:
y claro y frío alrededor de la torre llama el cuerno sonoro.
«¿Qué noticias del Norte, oh poderoso viento, hoy me traes?
¿Qué noticias de Boromir el Valiente?  Pues partió hace tiempo».
«Al pie del Amon Hen le he oído gritar.  Allí batió a los enemigos.
El yelmo hendido, la espada rota, al agua los llevaron.
La orgullosa cabeza, el rostro tan hermoso, los miembros, pusieron a descansar;
y Rauros, los saltos dorados de Rauros, lo transportaron el seno de las aguas».
«¡Oh Boromir!  La Torre de la Guardia mirará siempre al norte,
a Rauros, los saltos dorados de Rauros, hasta el fin de los tiempos». "

J. R. R. Tolkien
Share:

La Niña De La Ventana I


 Parte I

El Fin Se Acerca

Hace frío y la noche ha traído la serenidad de su silencio. La ciudad a quedado desierta, de vez en cuando, un aire frío recorre las calles azotando las persianas para colarse en los balcones de las casas de los que pretenden dormir. No todo el mundo esta durmiendo, al final de la avenida principal, hay una casa señorial que tiene pinta de llevar mucho edificada. Malcom se para, escudriña su fachada descubriendo que una de sus ventanas emite una tenue luz. Le da la sensación de que es una ventana de esas que se colocan en los desvanes, pero está lejos y lo la ve bien. Se va acercando y vislumbra una silueta de una niña apoyada en el alfeizar. Un ruido le sobresalta, se gira, y distingue entre la penumbra que una plancha de metal yace ahora en el suelo. Mientras se recupera del sobresalto, vuelve a fijar la vista en la ventana. La niña ha desaparecido.

Un escalofrío recorre el cuerpo de Malcom que de repente no sabe que, pero algo raro presagia. Sale corriendo por las calles de la ciudad hasta llegar enfrente de una casa algo más nueva que la anterior. Se encuentra desorientado, parece como si nunca hubiese estado en la ciudad, pero la verdad, había nacido en ella. Si atreverse a mirar hacia atrás sigue corriendo, cruza un lóbrego parque y a lo lejos divisa una tenue luz que le resulta familiar. Sus presagios se han confirmado. Su hora ha llegado.

Sigue siendo de noche, cada vez hace más frío, otro escalofrío recorre su cuerpo. A lo lejos entre los arboles, a contraluz, vuelve ha ver la silueta de la niña. Malcom quiere correr pero sus músculos se han quedado paralizados, quiere gritar pero se ha que dado mudo. Poco a poco la niña se va acercando, va vestida de blanco y su cara desprende ternura, él sabe que el fin se aproxima. Lo coge de la mano, y después de andar unos metros, llegan hasta una puerta herrumbrosa situada en el suelo, la niña dejándole atrás, le suelta la mano y se adelanta para abrir la puerta. Un fuerte chirrido castigó los oídos de su acompañante y girándose haciéndole una señal a Malcom, le indicó  que bajase por unas escaleras que se extendían ante ellos. Una vez que los dos se habían perdido en la oscuridad, la puerta se cerró de golpe, dejando un letrero al descubierto: “Bienvenido a tu tumba”

Para leer la segunda parte, ve aquí.
Para leer la tercera parte, ve aquí. 
Para leer la cuarta parte, ve aquí.
Share:

La Música Es Capaz De Pintar

Nunca me había detenido a pensar en la música. Desde pequeños estamos rodeados de sonidos, unos desagradables a los que enseguida identificamos como ruidos y otros que nos resultan agradables que combinados adecuadamente reciben el nombre de música. Con este conjunto de notas bien hiladas se pueden hacer cosas verdaderamente extraordinarias, como un cuadro. Os preguntareis ¿Un cuadro?. Yo al principio pensaba lo mismo.

Un día sentado en un banco de un parque admirando el pasaje que quedaba en el horizonte, un anciano se sentó a mi lado y me contó esta preciosa historia:

Había una vez una niña que adoraba la música. Le encantaba ir con su madre al trabajo de esta, ya que podía escuchar a los profesores componer y tocar instrumentos. Ella soñaba con ser músico, pero su familia no se podía permitir comprar un instrumento, ni costearle los estudios de música en el conservatorio. A nuestra amiga al principio esto de ponía triste y en los días que su madre le dejaba ir sola al parque para juntarse con sus amigas, se quedaba un rato debajo de una de las ventanas de la escuela para oír las preciosas melodías que salían por esta. Uno de esos días antes de ir a jugar, sentada debajo de la ventana vio a una mujer con lo que parecía un caballete, un lienzo y un maletín. Sin percatase de su presencia, la mujer desplegó su caballete, preparo sus pinturas pinceles y paleta, comenzando así a pintar. Al cabo de un rato la niña se dio cuenta que la mano de la pintora se iba moviendo al compás de la música, según cambiaba el tempo cada pincelada tenia una profundidad u otra.
Pasado bastante tiempo la música se acabó y la muchacha se levanto para ir a jugar con sus amigos. La mujer que desde el principio sabía que la había estado observando, se acercó y le pregunto que si no quería ver lo que había pintado. La niña se fue hacía donde estaba el cuadro y quedó asombrada, pues veía una hermosa pintura que en su parte central había una planta y dos alegres colibrís revoloteando alrededor de ella. Y entonces se dio cuenta que si no podía crear música, podría interpretarla y le pregunto a la artista: si la podía acoger como su aprendiz en su taller, la mujer aceptó de buen agrado. Y entonces surgió la verdad de que la música pinta cuadros.

Realizado por Ana Panadero Espinosa

Share:

El Término Medio

Una vez  un filosofo griego dijo: "en el término medio está la virtud". Cuando se estudia esta frase de Aristóteles en filosofía, nunca llegamos a entender la magnitud de su significado.  Como muchas otras enseñanzas filosóficas que se estudian, suele que dar olvidada, y es mientras te vas haciendo mayor cuando esta frase va cobrando sentido.

En el tiempo que se es joven; suelen estar presente los extremos; la rebeldía; la fidelidad de las ideas por encima de cualquier cosa; la famosa expresión: "cuando tenga dieciocho años haré lo que me de la gana". Y es cuando uno se va haciendo mayor, donde la frase del griego comienza a cobrar su verdadero significado.

Con el tiempo uno se da cuenta; de que todo no es blanco o negro; de que hay matices; de que ser tan extremista o rebelde puede ocasionar algún que otro contratiempo. Aunque la fidelidad a las ideas e ideales es importante, también lo es saber aprender de la sabiduría, analizar las ideas, ver la parte de razón y de equivocación que contienen, y llegar a un termino medio. Ya que por muy diferentes que sean las ideas del ser humano, siempre hay algún punto en donde las ideas están el equilibrio.  




Share:

Recuerdos de un piano

Había una vez, un hermoso piano marrón que estaba orgulloso de si mismo porque de él salían melodías compuestas por los compositores más famosos. Se creía mejor que otros instrumentos del lugar y con el tiempo se volvía mas egocéntrico y egoísta, llegando a creer que no había instrumento mejor que él y que era el único que podía hacer sonar: la quinta sinfonía de Beethoven; la Sonata para piano nº 18 en re mayor de Mozart; La Toccata en Re Menor de Jean Sebastian Bach... Sin darse cuenta que el tiempo pasa por todos los instrumentos y él no era una excepción.

El día de después de su ultimo gran concierto, cosa que el ignoraba o no quería creer, trajeron a la sala de música un elegante piano de cola lacado en negro. Al principio nuestro orgulloso piano, lo menos preciaba al ver que de él salían melodías más fáciles y de lo que él creía de compositores principiantes. Se acercó el día de un concierto importante y esta vez escogieron al piano lacado en negro para dicho evento. El orgulloso piano no se lo podía creer y se enfado muchísimo, sin querer aceptar que había dejado de ser el instrumento más importante de la sala. Poco a poco fue quedándose en segundo plano, los músicos ya apenas lo utilizaban, hasta que un buen día lo llevaron a un almacén y años más tarde lo abandonaron en un bosque.

Triste y olvidado, iba recordando cuando era joven y las obras que en él eran tocadas; como poco a poco se fue volviendo orgulloso e iba menos preciando a todos los instrumentos que llegaban a aquella sala que él abandonó hace tiempo y la noche de aquél concierto donde hizo sonar sus últimas notas. El tiempo pasó y el viejo piano soñaba con volver hacer brincar las las notas entre sus cuerdas, golpear su madera y hacer vibrar su interior. Añoraba sentir aquellas manos que tantas veces lo habían despertado de su letargo, y que aún resonaban en la memoria de sus teclas, pero sólo era un vago recuerdo.

Un día empezó a notar cómo algo lo empujaba, le hacía daño y quebraba aquello que era sin poder remediarlo. Al cabo de mucho tiempo soportando ese dolor, cual fue su sorpresa que de su caja de resonancia maltrecha salieron de repente un par de notas. Comprobó que en sus teclas había algo creciendo, se parecía mucho a la madera de la que él provenía, pero estaba viva. Esa cosa crecía y crecía, y al crecer lo rompía pero también le daba una nueva vida. Y entonces el viejo piano vio como se fundía con un árbol joven..

No le molestó que aquel árbol se fusionase con él, al contrario se alegró. Porque al agitar el viento las ramas del árbol, su tronco presionaba las teclas y hacía sonar algunas de las notas que el viejo piano aun guardaba en su interior. Y aunque estaban desafinadas por su estancia en el bosque, seguían recordando a su viejo corazón que aquellas teclas aún podían ser pulsadas, y que aún quedaba música por hacer.

Share:

Recuerdo De La Nostalgia


Allá en una estepa desierta,
vivía un hombre aquejado
por los problemas del clima.

El frio maltrataba sus huesos,
su cabeza no respondía,
y en medio de su agonía,
una pequeña luz pedía.

Y en el fragor de la ventisca
una tregua el tiempo brindó.
El recuerdo de un sol antiguo,
un sol joven que nunca se apagó.

LCR 
Share:

Ese Gran Director

Como dice Jaime Gil de Biedma en su poema "No volveré a ser joven". Cuando se es joven pretendes llevarte la vida por delante. Tienes infinidad de sueños y de proyectos que quieres llevar acabo, planeas que quieres llegar a ser; donde quieres trabajar; si te quieres casar o no... En definitiva realizas un guión con la idea llevar a cabo. Pero no te das cuenta que eso a ti no te compete, ya que no somos los escritores de de nuestra vida si meros actores dirigidos por un gran director.

La obra de teatro fluye sin que te des cuenta, como granos de arena resbalando sin tener capacidad de retorno, como escenas fugaces que están condenadas a vagar en una sola dirección. Poco a poco esos sueños, esos proyectos que no sabias que estaban a merced del director, se van cumpliendo o no. A veces entre bastidores te lamentas: Ojala hubiese esto o lo otro, ojala hubiese llegado antes o no hubiese realizado...

Y cuando parece que la obra esta marchando como tu quieres, las escenas son de tu agrado y parece que nada va a cambiar, hay esta el que dirige para dar un giro argumental, para cambiarte los planes, hundirte parcialmente lo que habías realizado y obligarte a volver a empezar. Llegados a este punto recordando el final del poema, asumes que “envejecer, morir, es el único argumento de la obra”.


Share:

No volveré a ser joven

"Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo 
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra."

Jaime Gil de Biedma
(Poemas póstumos, 1968) 
Share: