Donde vas caballero andante,
con tan flamante armadura.
Las damas ya no esperan tu socorro
pues sus corazones no están en apuros.
Los castillos de antaño tan imponentes y altos,
ahora yacen en ruinas, maltrechos y olvidados.
Sus torres lucían como testigos mudos de hazañas pasadas,
Se alzaban como monumentos de una gloria, ahora ya desvanecida.
Mas tú, valiente caballero,
que sigues tu camino, persiguiendo quimeras y sueños divinos.
Tú, de corazón inquebrantable y ardiente
que vas en busca de la justicia, la verdad y lo trascendente.
¿Dónde está la dama que aguarda tu gesta?
¿En qué rincón del mundo se espera tu respuesta?
Quizás en un bosque de hojas doradas,
o en el susurro del viento entre las almenaras.
No temas, caballero,
tu locura es tu fuerza y tu lanza es tu voz
aunque los molinos, solo de viento son,
tú los enfrentas como gigantes, con gran fervor.
Y, aun así, cabalgas en busca de historias y leyendas,
sin que te importe el qué dirán.
Porque en tu corazón, la llama de la aventura arde,
y a cada paso, eres una leyenda, un mito, un estandarte.
LCR
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