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Poema Del Anillo

"Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo.
Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra.
Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir.
Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro
en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas
en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras."

J. R. R. Tolkien





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En Las Quebradas De Los Túmulos

              "¡Fuera, viejo Tumulario! ¡Desaparece a la luz!

¡Encógete como la niebla fría, llora como el viento

en las tierras estériles, más allá de los montes!

¡No regreses aquí! ¡Deja vacío el túmulo!

Perdido y olvidado, más sombrío que la sombra,

quédate donde las puertas están cerradas para siempre,

hasta los tiempos de un mundo mejor."

J. R. R. Tolkien


Autor: Ted Nasmith


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La vieja Canción de Caminantes


"El Camino sigue y sigue
desde la puerta.
El Camino ha ido muy lejos,
y si es posible he de seguirlo
recorriéndolo con pie decidido (fatigado)
hasta llegar a un camino más ancho
donde se encuentran senderos y cursos.
¿Y de ahí a dónde iré? No podría decirlo.

El Camino ha ido muy lejos,
y que otros lo sigan si pueden.
Que ellos emprendan un nuevo viaje,
pero yo al fin con pies fatigados
me volveré a la taberna iluminada,
al encuentro del sueño y el reposo.

Aun detrás del recodo quizá todavía esperen
un camino nuevo o una puerta secreta;
y aunque a menudo pasé sin detenerme,
al fin llegará un día en que iré caminando
por esos senderos escondidos que corren
al oeste de la Luna, al este del Sol"

J. R. R. Tolkien
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Lamento Por Boromir


"A través de Rohan por los pantanos y los prados donde crecen las hierbas largas
el Viento del Oeste se pasea y recorre los muros.
«¿Qué noticias del Oeste, oh viento errante, me traes esta noche?
¿Has visto a Boromir el Alto a la luz de la luna o las estrellas?»
«Lo vi cabalgar sobre siete ríos, sobre aguas anchas y grises;
lo vi caminar por tierras desiertas, y al fin desapareció
en las sombras del Norte, y no lo vi más desde entonces.
El Viento del Norte pudo haber oído el corno del hijo de Denethor».
«Oh Boromir.  Desde los altos muros miro lejos en el Oeste,
pero no vienes de los desiertos donde no hay hombres».
De las bocas del Mar viene el Viento del Sur, de las piedras y de las dunas;
trae el quejido de las gaviotas, y a las puertas se lamenta.
«¿Qué noticias del Sur, oh viento que suspiras, me traes en la noche?
¿Dónde está ahora Boromir el Hermoso?  Tarda en llegar, y estoy triste».
«No me preguntes dónde habita... Hay allí tantos huesos...,
en las costas blancas y en las costas oscuras bajo el cielo tormentoso;
muchos han descendido las aguas del Anduin para encontrar las mareas del Mar.
¡Pídele al Viento Norte las noticias que él mismo me trae!»
«¡Oh Boromir!  Más allá de la puerta la ruta al mar corre hacia el Sur,
pero tú no vienes con las gaviotas que desde la boca del mar gris se lamentan».
De la Puerta de los Reyes viene el Viento del Norte, y pasa por las cascadas tumultuosas:
y claro y frío alrededor de la torre llama el cuerno sonoro.
«¿Qué noticias del Norte, oh poderoso viento, hoy me traes?
¿Qué noticias de Boromir el Valiente?  Pues partió hace tiempo».
«Al pie del Amon Hen le he oído gritar.  Allí batió a los enemigos.
El yelmo hendido, la espada rota, al agua los llevaron.
La orgullosa cabeza, el rostro tan hermoso, los miembros, pusieron a descansar;
y Rauros, los saltos dorados de Rauros, lo transportaron el seno de las aguas».
«¡Oh Boromir!  La Torre de la Guardia mirará siempre al norte,
a Rauros, los saltos dorados de Rauros, hasta el fin de los tiempos». "

J. R. R. Tolkien
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Carta de J.R.R Tolkien a su hijo Michael Tolkien

"A Michael Tolkien
El segundo hijo de Tolkien, Michael, entonces de dieciséis años, era alumno de la Oratory School de Berkshire, junto con su hermano menor Christopher. Esperaba ingresar en el equipo de rugby de la escuela.
3 de octubre de 1937 20 Northmoor Road, Oxford

Mi muy querido Mick:
Me resultó muy agradable recibir tu carta. Espero que todo vaya bien. Me pareció que los nuevos apartamentos estarán presentables una vez amueblados. Haces bien en mantener una amable vigilancia sobre Chris en la medida en que te sea posible. Supongo, por empezar, que se liará no poco, pero es de esperar que pronto se oriente y deje de ser un problema para ti y para sí mismo. Lamento y me sorprende que no estés (todavía) en el equipo. Pero son muchos los que terminan por ser admitidos después de haber sido rechazados. Así sucedió conmigo, y por el mismo motivo: demasiado liviano. Pero un día decidí compensar la falta de peso mediante la ferocidad (legítima), y terminé por ser capitán de la casa al final de la temporada y fui admitido en el equipo la siguiente. Pero resulté bastante lastimado -entre otras cosas, por poco no me seccionan la lengua-, y como en general soy más afortunado que tú, me sentiría perfectamente satisfecho si permanecieras ileso aunque fuera del equipo. Pero, como sea, Dios te bendiga y te proteja. No hay ninguna noticia especial. Mamita parece haberse acostumbrado a viajar en coche. Somos dos desde que vosotros partisteis, y ahora tengo que llevara ella, a P. y a J.B. esta tarde en lugar de escribir. De modo que esto será todo por el momento. Te quiere mucho,
Tu padre."
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Cancion de Beren y Luthien Recitada Por Aragorn

Beren y Luthien

"Las hojas eran largas, la hierba era verde,
las umbelas de los abetos altas y hermosas
y en el claro se vio una luz
de estrellas en la sombra centelleante.
Tinúviel bailaba allí,
a la música de una flauta invisible,
con una luz de estrellas en los cabellos
y en las vestiduras brillantes.

Allí llegó Beren desde los montes fríos
y anduvo extraviado entre las hojas
y donde rodaba el Río de los Elfos,
iba afligido a solas.
Espió entre las hojas del abeto
y vio maravillado unas flores de oro
sobre el manto y las mangas de la joven,
y el cabello la seguía como una sombra.

El encantamiento le reanimó los pies
condenados a errar por las colinas
y se precipitó, vigoroso y rápido,
a alcanzar los rayos de la luna.
Entre los bosques del país de los ellos
ella huyó levemente con pies que bailaban
y lo dejó a solas errando todavía
escuchando en la floresta callada.

Allí escuchó a menudo el sonido volante
de los pies tan ligeros como hojas de tilo
o la música que fluye bajo tierra
y gorjea en huecos ocultos.
Ahora yacen marchitas las hojas del abeto
y una por una suspirando
caen las hojas de las hayas
oscilando en el bosque de invierno.

La siguió siempre, caminando muy lejos;
las hojas de los años eran una alfombra espesa,
a la luz de la luna y a los rayos de las estrellas
que temblaban en los cielos helados.
El manto de la joven brillaba a la luz de la luna
mientras allá muy lejos en la cima
ella bailaba, llevando alrededor de los pies
una bruma de plata estremecida.

Cuando el invierno hubo pasado, ella volvió,
y como una alondra que sube y una lluvia que cae
y un agua que se funde en burbujas
su canto liberó la repentina primavera.
El vio brotar las flores de los elfos
a los pies de la joven, y curado otra vez
esperó que ella bailara y cantara
sobre los prados de hierbas.

De nuevo ella huyó, pero él vino rápidamente,
¡Tinúviel! ¡Tinúviel!
La llamó por su nombre élfico
y ella se detuvo entonces, escuchando.
Se quedó allí un instante
y la voz de él fue como un encantamiento,
y el destino cayó sobre Tinúviel
y centelleando se abandonó a sus brazos.

Mientras Beren la miraba a los ojos
entre las sombras de los cabellos
vio brillar allí en un espejo
la luz temblorosa de las estrellas.
Tinúviel la belleza élfica,
doncella inmortal de sabiduría élfica
lo envolvió con una sombría cabellera
y brazos de plata resplandeciente.

Larga fue la ruta que les trazó el destino
sobre montañas pedregosas, grises y frías,
por habitaciones de hierro y puertas de sombra
y florestas nocturnas sin mañana.
Los mares que separan se extendieron entre ellos
y sin embargo al fin de nuevo se encontraron
y en el bosque cantando sin tristeza
desaparecieron hace ya muchos años."

J. R. R. Tolkien
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